Un nublao de tiniebla y pedernal

Lola Flores. "La Zarzamora"



Mi abuelo siempre llevaba un peine en el bolsillo interior

de su americana. Lo llevó durante todo el tiempo que

tuvo pelo y continuó llevándolo cuando se quedó calvo.

Mi abuelo y mi abuela se conocieron en las escaleras

de una sala de fiestas. Él llegaba y ella se marchaba. O

quizá ocurrió justo al contrario. El caso es que ambos

se cruzaron y mi abuelo, que rondaba los dos metros,

miró a mi abuela, que era mucho más bajita que él, y

le dijo: «Olé las mujeres con estatura.»

Desde aquella noche no se separaron nunca.

A decir verdad, sí que lo hicieron.

Y es que mi abuela, antes de cruzarse con mi abuelo en

las escaleras de una sala de fiestas, había estado casada

con otro hombre.

Ese otro hombre era el padre de mi padre y el padre

de mi tía Consuelo.

Mi abuela le ocultó a mi abuelo que estaba separada y

que era madre porque pensaba que, si se lo decía, mi

abuelo se daría la vuelta y se marcharía sin mirar atrás

ni una sola vez.


Una noche mi padre se escapó de casa y siguió a mi

abuela hasta el lugar en el que se había citado con mi

abuelo. Mi abuelo vestía un traje gris recién sacado de

la tintorería y una corbata roja y una gabardina marrón

y un sombrero de felpa. Mi abuela llevaba un vestido

verde y unos zapatos de tacón y un collar de perlas

blancas que parecían perlas pero que no lo eran. Y en

medio de ambos apareció mi padre, con sus tres años,

con su pijama azul y con sus zapatillas de andar por

casa. «¿Y ese niño?», le preguntó mi abuelo. «Es mío»,

contestó mi abuela. «¿Tienes un hijo?», quiso saber mi

abuelo. «No, tengo dos», respondió mi abuela.


Miguel A. González

"Un nublao de tiniebla y pedernal"

Ed. Comba. 2.020, Barcelona.

Miguel Ángel González, nacido en la primavera de 1982 en Madrid, es narrador, poeta y dramaturgo. 

Su debut en la literatura se da en 2003 con el relato Espérame hasta que amaine el temporal, título con el que inaugura un universo propio que año tras año sigue cosechando elogios y nuevos lectores. Galardonado en algunos de los certámenes más prestigiosos del panorama nacional e internacional, en su obra destacan las novelas Todos los miedos (Premio de Novela Café Gijón 2015); Cariño, elegido entre los diez mejores libros de 2018 por la Revista Forbes, una novela cuya «magia radica en el virtuosismo de situar la acción en una cuerda floja, algo tan sencillo como bello pues entraña mucho riesgo» (Diario de Córdoba); o Un nublao de tiniebla y pedernal (Premio Ciudad de Alcalá 2020, Comba 2021). 

Como dramaturgo, ha sido merecedor del Premio Fray Luis de León por la obra Aguantar la respiración (2017) y del Premio Max Aub por la obra Modo avión (2019).

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