Cuaderno de Berlín, de Jorge Riechmann

Carlos de Hita. Cinco mirlos en el Bosque de Valsaín.

Todas estas fotografías del viejo y hermoso Berlín 
cumplen una década el verano que ya asoma.

En este ya caluroso fin del mes de mayo, sigo confinado. Y he rescatado un libro, que compré en una librería de libros ya leídos, y que tiene en su estructura poemas muy diferentes.
Es de nuevo un libro de poesía de la editorial Hiperión, caladero donde he pescado ejemplares misteriosos, casi en extinción, y también hermanos mayores: poetas consagrados de la lírica mundial. 
El libro es "Cuaderno de Berlín" del madrileño Jorge Riechmann, y como indica el autor no es un libro sobre Berlín, es un libro desde esta ciudad alemana.
Organiza en VIII bloques su experiencia desde septiembre de 1.986 hasta junio de 1987 en aquella metrópoli. 

He seleccionado un pequeño ramillete de poemas. 
Creo que no será esta la única vez que el paseante sorprendido se encuentre con Riechmann.



Consejos para extranjeros


En la ciudad donde no puedas

decir la verdad,

decirla.

En la ciudad donde puedas

decir la verdad, trabajar

para convertirla en mentira.





Enero es agua en el canal de Landwehr

El teniente de cazadores ordenó:

«La puerca tiene que nadar».

El cazador Runge regresó una hora después:

«La puerca ya está nadando».

Berlín, 1919.

Enero es agua en el canal de Landwehr

donde van borrándose las manos

de Rosa Luxemburg.




Poema del encuentro

“De ti me fío, redondo
Seguro azar”
Pedro Salinas

Te encontraré
postrada tras una revuelta del otoño
-estandartes de sol helado,
barricadas de hojas secas-
o no te encontraré.

Te encontraré
desnuda frente al mar en el rellano
de una escalera oscura
-y no me atreveré a rozar tu cuerpo-
o no te encontraré.

Te encontraré
sucia de soledad o de heroísmo,
acribillada de pájaros sin vuelo,
inmensa e íntima cual cielo sin heridas.
Te encontraré.




Placeres

He comprado dos cuadernos de notas
buenos y muy baratos.
He visto una fuente de bronce
que representa a una mujer y un hombre
desnudos dentro de una pequeña bañera
mirándose a los ojos,
entre los dos robustos cuerpos una tabla
que hace las veces de mesa, en las manos
copas de vino,
en la izquierda del hombre una rosa.
He reparado en la poco llamativa
hermosura de la fuente
que ya había visto otras veces.

Placeres
para toda la tarde.



Jorge Riechmann (Madrid, 1962) es poeta y sociólogo. Licenciado en Ciencias Matemáticas y Doctor en Ciencias Políticas, ha ejercido la docencia en la Universidad de Barcelona y actualmente es profesor de Filosofía Moral en la Universidad Autónoma de Madrid. En 1996 empieza a trabajar sobre cuestiones ecológico-sociales en el Departamento Confederal de Medio Ambiente de Comisiones Obreras y desde 2001, en el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud.

Ha publicado numerosos ensayos filosófico-políticos, entre ellos: Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia (Los Libros de la Catarata, 2000), Todo tiene un límite. Ecología y transformación social (Debate, 2001), Gente que no quiere viajar a Marte. Ensayos sobre ecología, ética y autolimitación (Los Libros de la Catarata, 2004) y ¿En qué estamos fallando? Cambio social para ecoligizar el mundo (Icaria, 2008).

Entre su obra poética destacan libros como Cántico de erosión (1987) Cuaderno de Berlín (1989), Material móvil (1993), Baila con un extranjero (1994), El día que dejé de leer EL PAÍS (1997), Muro con inscripciones (2000), Trabajo temporal (2000), La estación vacía (2000), Desandar lo andado (2001), Poema de uno que pasa (2003) o De ahí que (2004). Además, ha traducido a poetas como René Char (La palabra en archipiélago), Henri Michaux (Adversidades, exorcismos) o Erich Fried (Amor, duelo, contradicciones).

Ha obtenido, entre otros, los siguientes premios: Poesía Hiperión (1987), Feria del Libro de Madrid (1993), Nacional de Poesía Villafranca del Bierzo (1996), Jaén de Poesía (1997), Internacional Gabriel Celaya de Poesía (2000) y Stendhal de Traducción (2000)

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