El paseante escribe en la Noche de Reyes
Seguiremos crédulos, hambrientos de calendarios
creyendo en esos seres que creamos en el pasado lejano: los Magos de Oriente.
Proseguimos adorando la fe poética
viajando a lomos de la imaginación en esta noche de estrellas y desvelos
repleta de desasosiegos y de deseos.
Dioses y mendigos.
Sin fuerzas para rendir nuestra vida,
limpiaremos otro cinco de enero más, nuestros zapatos gastados de tanto transitar caminos sinuosos
y renovaremos una año más sus pasos inseguros y desorientados
sobre la nieve y el asfalto,
deseando que al amanecer tengan algún regalo en su interior.
Una brújula, un bastón, un mapa sobre el que caminar, pasear, construir un nuevo sendero de vida.
Viejos mitos de la Noche de Reyes.
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