Jaime G de B, no pasear con la vejez
«… Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia…»
Jaime Gil de Biedma y Alba
«Noche triste de octubre»
A Juan Marsé
Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.
Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el día, el día en que, por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas.
En la noche de octubre,
mientras leo entre líneas el periódico,
me he parado a escuchar el latido
del silencio en mi cuarto, las conversaciones
de los vecinos acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto una vida
y un significado propio, misterioso.
Y he pensado en los miles de seres humanos,
hombres y mujeres que en este mismo instante,
con el primer escalofrío,
han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga anticipada,
por su ansiedad para este invierno.
Mientras que afuera llueve.
Por todo el litoral de Cataluña llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos, utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.
Jaime Gil de Biedma
De: «Moralidades», 1.959
Recogido en «Las personas del verbo» (Poesía completa de Jaime Gil de Biedma)
Ed. Galaxia Gutenberg 2.012
Cursó el Bachillerato en el Instituto Luis Vives de Sarriá, en Barcelona. Su primera juventud estuvo marcada la vida de la alta burguesía barcelonesa que imperaba en su familia: veladas en el Liceo, natación, tenis y equitación en el Club de Polo, aunque Jaime sintió desde muy joven una lucha interna entre la acomodada vida burguesa y la atracción por lo marginal, influenciado también por una homosexualidad que en la época y en la estructura social a la que pertenecía resultaba completamente inconfesable, dicha tensión marcaría para siempre su vida.
Empezó los estudios de Derecho en a Universidad de Barcelona donde conoció a Carlos Barral, Joan Reventós, Alberto Oliart y Antonio de Senillosa, también se relacionó con a Josep María Castellet que lo introdujo en la corriente denominada realismo crítico. Se licenció en Salamanca. En 1.953 se trasladó a Oxford, donde se desarrollaría la amplia influencia que posteriormente tendría la poesía anglosajona en su obra.
A partir de 1.955 trabajó en la Compañía de Tabacos de Filipinas.
En 1.959 publicó Compañeros de viaje y Moralidades en 1.966, esta poesía social se fue decantando poco a poco hacia lo que se denominó poesía de la experiencia, caracterizada por el coloquialismo y el carácter intimista de esta.
Jaime Gil de Biedma fue un destacado miembro de la llamada Escuela de Barcelona, integrada también por Gabriel Ferrater, Carlos Barral y Juan Marsé. En 1.968 apareció Poemas póstumos y en 1.974 publicó Diario de un poeta seriamente enfermo, sus memorias. A partir de 1.974, y coincidiendo con un cierto desencanto de la transición, padeció una crisis que le llevó a dejar la vida literaria y se recluyó en un férreo nihilismo.
Fue una de las primeras víctimas del sida en Barcelona y murió el 8 de enero de 1.990. Su pareja, el actor Josep Madern, moriría cuatro años más tarde de la misma enfermedad, incurable por aquel entonces. Los resto de Gil de Biedma fueron enterrados en Nava de la Asunción.
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