Yo solo quiero caminar de Paco de Lucia, en conversación con la poesía de Ramón Andrés

Paco de Lucia.

Solo quiero caminar ( versión en directo)

 
"Solo quiero Caminar" de Paco de Lucía  

(En Versión Chano Domingo & Jorge Pardo)

Piano: Julio Martín

Voz: Olga Diaz

Cajón: Manu Pinzón

Contrabajo: Alex Vocking

Coros: Pilar McCarthy

Palmas: Tim Panman & Alessio Rooders

Flauta: Clara Gallardo


Es octubre y seguimos conviviendo con esta pandemia planetaria que va para largo.


Hoy nos acercamos a ese delicado poeta, aflorista, ensayista, estudioso de la expresión musical que es Ramón Andrés. Sus ensayos son profundos, transversales, digeribles y de largo recorrido. Algunos sobrepasan las 1.500 páginas.

Hoy compartimos algunos de sus poemas más delicados que dialogan con Solo quiero caminar del maestro De Lucia. Cinco años después de Almoraima, tres de su experiencia con Falla, tras sus flirteos con Corea, McLaughlin, Di Meola, Coryell, aparece este disco revolucionario de Paco de Lucia;  Solo quiero caminar es una declaración de independencia. La aportación al flamenco que llegó con este disco es el cajón peruano, instrumento que recogió Paco en una de sus giras. Hoy son inconcebibles unas bulerías, unos tangos o una rumba sin la participación de este instrumento, que tan eficazmente amplifica, entre otras funciones, el papel percusivo del baile y la guitarra.

Incluimos dos excelentes versiones. 

 


Declaración


No soy el centro, el centro es el principio,

el agua que cabe en nuestro sorbo,

la espiral de las aves cercando los mercados,

el hierro incandescente sumergido en el agua

para que se haga ley con el morir del fuego,

para que el tiempo exhorte al desaparecido

y lleve el sol los nombres del origen.


No soy el centro, el centro es el principio,

el espigón donde el anzuelo tensa

la caña, sus anillos, no al viento sino al fruto,

la seca mordedura del error,

la locura de Tasso y su gritar de celda,

el búho que oscurece más el valle,

porque lo detenido siempre turba.


No soy el centro, el centro es el principio,

la rodera en la cal,

la carbonilla muerta de los túneles,

el santiguarse y jamás redimirse,

el que llora confeso de infinito,

el frío que cuartea el azar de una fuente

y afila el rostro de los caminantes.


El centro es el principio, la intriga del abismo,

la cosecha irisada como cresta de garza,

la llanada, la greda, el septentrión,

las márgenes quemadas de una hacienda,

la lumbre trasijada de los pobres,

el pie llagado por el junio hirsuto.


El centro es el principio,

el tiempo de abrazar y el tiempo de alejarse,

la línea de las cosas, su mudanza,

narrar el río que jamás fluyó,

recordar mi caída a los torrentes,

saber que me precedo, que me busqué en la nada

para que un nacimiento fuera el mío.


Epitafio a una ciudadana de Amherst


Cómo dormir más bajo que las brumas,

saber que, a poco que vivamos,

nadie está a salvo de una vida entera,

contar cuántas brazadas

va hundiéndose la sombra por las torres

hasta que el sol no sea de las cosas

y la noche respire en sus nidadas.

Cómo dormir más bajo que las brumas

y ver flotar la espalda de los pueblos,

su cuerpo a la deriva hasta encallarse

en los cruces que esperan las llegadas.

Pensar, al construir un muro,

qué dejo fuera y qué confino dentro,

los granjeros de Frost, una campana

que atesa el cuello a la cigüeña

y le impide un instante cercar a su parásito;

esa campana que hace vibrar el contrafuerte

en donde se empobrece el día

que estuvo en los mercados,

y ahora escapa sin mirar a nadie,

con los pies astillados tras la helada

y las venas marcadas en la sien

cuando la nada nos levanta a pulso.


Meditatio


Amar, tener la muerte en que morir,

no angostarse, pensar goces de anchura,

necesitar a todos los maestros.

Salvar la rienda tensa de relincho,

ser el plural de lo que fue unidad,

buscar consejo pero errar sin guía.

No acatar, no temer apagamientos

del azar, de la idea, y recordar:

lo que te pertenece te destruye.

Y saber que no hay hombres inocentes,

caer a solas en la siembra estéril,

y de la imperfección hacer sosiego.



Ramón Andrés (Pamplona, 1955) es ensayista, pensador y poeta. 

Gracias, además, a su formación musical ha escrito libros como el Diccionario de instrumentos musicales. Desde la Antigüedad a J. S. Bach [prólogo de sir John Eliot Gardiner] (1995/2001/2009), W. A. Mozart (2003/2006), Johann Sebastian Bach. Los días, las ideas y los libros (2005/2006/2014; Premio Ciudad de Barcelona 2006), El oyente infinito. Reflexiones y sentencias sobre música. De Nietzsche a nuestros días (2007), El mundo en el oído. El nacimiento de la música en la cultura (2008/2014), Diccionario de música, mitología, magia y religión (seleccionado por El País como mejor ensayo de 2012/2014), El luthier de Delft. Música, pintura y ciencia en tiempos de Vermeer y Spinoza (seleccionado por El Periódico como mejor ensayo de 2013/2014) y Claudio Monteverdi. 'Lamento della Ninfa' (2017). Pertenecen a un terreno literario y ensayístico: Tiempo y caída. Temas de la poesía barroca [2 vols.] (1994), Historia del suicidio en Occidente (2003), estudio ampliado y editado bajo el título: "Semper dolens". Historia del suicidio en Occidente (2015), No sufrir compañía. Escritos místicos sobre el silencio (siglos XVI y XVII) (2010/2015) y Pensar y no caer (2016). Entre los libros de poemas cabe citar La línea de las cosas (1994; Premio Ciudad de Córdoba-Hiperión), La amplitud del límite (2000) y su reciente Poesía reunida y aforismos (2016), donde ofrece su nuevo poemario titulado Siempre génesis. Hay que destacar que Ramón Andrés es autor de un libro de aforismos anterior también muy bien acogido por la crítica y los lectores: Los extremos (2011).

Como editor ha publicado a Gabriel Bocángel (Sonetos completos, 1986), Diego de Torres Villarroel (A la cola del mundo, 2004) y a Juan Eusebio Nieremberg (Oculta filosofía. Razones de la música en el hombre y la naturaleza, 2004). Se debe mencionar, a su vez, la Antología poética del romanticismo español (1987). Ha traducido a escritores muy diversos, como Dylan Thomas (Bajo el bosque lácteo, 1997), Jean de La Bruyère (Los caracteres, 2004) y Charles Burney (Un viaje musical por Francia e Italia, 2014). Algunos de sus escritos, a modo de ensayos, han formado parte de catálogos de arte, literatura y música, caso de Los luthiers españoles (1988), Visiones del Quijote (2005) y su reciente trabajo, "¿Del mundo, o del cielo? Música y melancolía en la Edad de Oro", para el catálogo de la exposición "Península melancólica"  que será editado por Turner (2015).

Entre 1974 y 1983 ejerció su primera actividad profesional como cantante, centrado en el repertorio medieval y renacentista, con instrumentos antiguos. Actuó en importantes festivales de España y Francia, y en 1981, patrocinado por el Ministerio Español de Asuntos Exteriores, dio conciertos en ciudades como París, Copenhague, Londres, Múnich, Viena y Nápoles, entre otras. Ya en 1983 creó un departamento pionero de música antigua en una escuela musical de Barcelona, donde impartieron clases maestros como Bob van Asperen, Robert Clancy y Hopkinson Smith.

Lector en la Universidad de Nápoles en los años 1988 y 1989, ha sido asesor, colaborador y director de numerosos proyectos editoriales, a menudo relacionados con la divulgación musical y literaria. En 2002 comenzó a dirigir la colección De música, de editorial Paidós. Coordinador del consejo editorial de la revista de música antigua Goldberg (2004-2007), fue miembro fundador de Archipiélago. Cuadernos de crítica de la cultura (1987-2009), en cuyas páginas también escribía. Ha publicado en revistas como Humanitas, Ínsula, Nexus, Pasajes y Revista Musical Catalan, y sus artículos han aparecido en periódicos como La Vanguardia, El Periódico de Cataluña, El Independiente y El Mundo. Actualmente, publica artículos de opinión en  El País. Es llamado para participar en seminarios, conferencias y lecturas, toda vez que colabora en tareas de investigación y transferencia de conocimiento en universidades; principalmente, en la Universitat de Barcelona con el Grupo de Investigación Consolidado «Aula Música Poética».

En el 2015, fue galardonado con el Premio Internacional Príncipe de Viana de la Cultura por su trayectoria intelectual y literaria. Desde el 2017 es Académico Correspondiente de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, y, asimismo, el director del ciclo anual de filosofía Pensar ahora, pensar el mundo (Orain pentsatu, mundua pentsatu), celebrado en Pamplona.

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