Rafael Chirbes: La memoria del gourmet, dialoga con Cecilia

Cecilia - Mi querida España (sin censurar)


 En esta semana con temperatura y un aspecto muy otoñal, me detengo ante la estantería para coger y releer (siempre cualquier lectura en realidad estamos releyendo) un ejemplar de "Los disparos del Cazador" novela del escritor valenciano Chirbes.

Chirbes se fue casi sin avisar. Se había rasurado en sus últimos años aquel bigote tan característico y se había retirado a su pueblo natal para aquello que debe hacer cualquier escritor: consagrado a escribir, quizá más consciente con el paso de los años de que el tiempo se le escapaba entre sus páginas por escribir.

Junto a "La buena letra" "Los disparos del cazador" quizá sean sus dos novelas más reconocidas del escritor en esa etapa en que se publicaron y que coincidieron con los eventos del 92 en nuestro país.

A mi me interesaron siempre sus dotes de ensayista, su admiración por Goya y por Bacon, pintores de monstruos y fantasmas.

Fue un valenciano que eligió ese castellano tan vigoroso y rudo de la Castilla Vieja en la que de joven estudió. 

Se arremangó para contar desde su tablero de escritura, la degradación política y moral que iba ganando territorio a medida que pasaban los años en el calendario patrio. La desmemoria que iba calando como lluvia fina en las vidas y en la literatura, que él siempre intento combatir desde su escritura, heredera de Balzac y de Galdós.

Retrato como pocos las practicas nefastas entre políticos y empresarios que llevaron al desorden social, económico y político en el que nos hemos hundido.


"El regreso del tiempo. En Misent salíamos bastantes noches con los amigos y, de vuelta a casa, se quitaba los zapatos, ponía en el tocadiscos nuestra música, se dejaba caer sobre una tumbona, y decía: Son unos zafios, y repasaba sus blusas, sus chaquetas, sus zapatos; y pesaba en una balanza de alta precisión las palabras que había pronunciado durante la velada, y analizaba con un microscopio los manteles que habían cubierto la mesa y los platos en que se había servido la cena y las copas en que habíamos bebido el vino. Nada resistía su examen"

"Los disparos del Cazador"

Editorial Anagrama, Barcelona,1.994


Rafael Chirbes nace en Tavernes de la Valldigna en verano de 1949 y muere, también en verano y muy cerca del lugar donde nació, en 2015. El conjunto de su obra narrativa y crítica recoge algunos fragmentos de la biografía del autor; fragmentos que se convierten, en no pocas ocasiones, en destellos de una vida que corre pareja a la Historia que le ha tocado transitar. De algunos de los episodios que marcaron su infancia y primera juventud (la temprana muerte de su padre, la aspereza del paso por la escuela franquista, la experiencia universitaria durante los últimos años de la dictadura) y ya su etapa adulta (la militancia política y el compromiso intelectual, las estancias en París y Fez) se nutre la particular visión del mundo que nos legan sus novelas y sus textos críticos.

Tras ejercer de profesor de literatura española en Fez (Marruecos) a principios de los años ochenta, Rafael Chirbes inició su dilatada y reconocida carrera como crítico gastronómico. En 1984 nacía Sobremesa, una publicación pionera en España dedicada exclusivamente al vino y la gastronomía. En su origen, Sobremesa no se trataba de una revista gastronómica al uso; tanto su tono como su particular tratamiento de las cuestiones culinarias era de enorme originalidad en la época. Era en ese mismo momento, en la década de los ochenta, cuando se consolidaba en España la gran etapa del periodismo gastronómico que generó gourmets literarios de la talla de Manuel Vázquez Montalbán, Josep Pla o Álvaro Cunqueiro. En este contexto, Rafael Chirbes fue uno de los primeros directores de Sobremesa y, como tal, su labor crítica fue determinante en el proceso de consolidación de la llamada nueva cocina española.


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