San Silvestre: Despídete de este

 

 Nos ocupamos del mar.

 1989. Alberto Pérez interpreta, acompañado de guitarra, la balada "Nos ocupamos del mar", del conocido LP de debut de Sabina, Krahe y Pérez en el local La Mandrágora que dio nombre al disco "La mandrágora" (1981). 

“Nos ocupamos del mar” es una canción compuesta por los hermanos Krahe en los inicios de los años ochenta y que popularizó Alberto Pérez del grupo La mandrágora compuesto por el cantante mencionado, Joaquín Sabina y Javier Krahe.

 Presenta Joaquín Petit. Programa "Adivina quién viene esta noche", 6 de julio de 1989, Canal Sur Televisión.





I

Monstruoso pasillo, pasaje natural por el que venimos al mundo.

Nos nacen por ese conducto claustrofóbico.

Aparecemos indefensos. Versos sueltos en busca de salvación.

Día a día perdidos, para terminar bajo la Tierra. Hundidos.


II

Una acuarela horizontal. Estrecha y alargada. Proporcionada.

La mar con pinceladas verdes. Copos de nieve desvaídos sobre el acantilado. Escarpados ocres.

Al fondo una casa con un faro. O eso parece.

Una goleta flota cerca de la orilla. 

Dos amores paseamos solitarios. Huellas en la arena esperando a la siguiente ola.


III

¿Quién dice que no podemos?

Mirar al pasado desde el prisma que distorsiona todo: la memoria.

Todos somos pasado. Fantasmas a punto de desaparecer.

Corredores de apuestas, eso somos.

Apostamos a caballos en violentos hipódromos, sin saber su árbol genealógico. 

Desconocido abolengo.

Apostamos sin miramientos jugándonoslo todo a lo desconocido.

Neuróticos, desquiciados, sumisos así nos diseñaron; así nos necesitan.


IV

Pobres, ricos, revueltos todos en zonas de abismo.

Cayendo entre las trincheras

perdiendo la Vida en guerras cotidianas sin ningún valor.


V

Héroes perdidos buscando una medalla de fango sin razón terminamos aquí.

En esos pasillos soleados estrechos y repletos de camas

del solitario Hospital de los Soldados Heridos en la Guerra.

Habitaciones solidarias que contienen a seres unidos por la vocación de sobrevivir.

Todos llegamos ciegos, levemente desorientados.

Urgencia por salir de la Noche e incorporarse a la Vida tranquila.

Horrendas cicatrices.

Sonrisas jocosas ante los cielos azules. Proseguimos el Viaje.


VI

Los doce Apóstoles.

Así llamaron a la  vetusta Taberna. 

Cocina casera. De la de siempre. De la que reconforta.

Agua caliente, buen té, café, whisky para terminar el día y periódicos, muchos periódicos.

Aquí nos sentimos tranquilos, seguros. Bendito Hogar frente al mar.



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