Tu oficio en este mundo fue ser un Corazón de León

Para mi tío Pepe H.F. 

que nos dejó el día 6 de Enero Epifanía del Señor, 

tras la Mágica Noche de Reyes

que ya desgraciadamente no pudo disfrutar.

Supongo que cerró sus ojos

y se fue alejando, bailando lentito, con los hombros,

como solo lo hacéis los grandes danzarines.

En nosotros queda esta mezcla de memoria, y tiempo;

de tanto dolor desnudo y tanto cariño.

Lo eterno, la infancia,

los recuerdos que no saben de olvidos me atraviesan

y emergen tozudos hoy,

en esta precisa hora 
aromática pero sin alegres flores.

Supongo que igual que yo,
todos nos abrazamos a todo lo que fuimos 

de manera felina,

reviviendo las sonrisas y los paseos por los soportales

de la veloz y fulgente Existencia.

Y ahora que nos toca despedirte,

se dislocan nuestras diminutas almas 

zozobrando en el sensible Cosmos 

que construyen los afectos.

Supongo que se fue olvidando, despojando
de la carga de estos tiempos últimos de injustos dolores afilados.

Supongo que lo que quería decirte yo esta tarde 
es un canto de amor y de memoria.

Un abrazo de mares y gaviotas.