Satori, de Gabriel Celaya


 


Satori.


Los hombres hormiguean. Se cuentan de uno en uno.

Se imaginan distintos pero son siempre el mismo.

Por eso se matan.


Los hombres pululan. Mienten y se disfrazan.

Son seres indistintos en un campo conjunto.

Por eso se aman.


Los hombres enloquecen sumidos en un sueño.

Imaginan y atacan. Son tontos y agresivos.

Por eso tienen miedo.


Los hombres, ciertos días, viendo pasar las nubes

se olvidan de sí mismos, y se dicen: "¿quién vive?".

Entonces, son felices.


Gabriel Celaya en Buenos días, buenas noches. 1976.



Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta nació en Hernani, Guipúzcoa, el 18 de marzo de 1911.

Fue uno de los más destacados representantes de la conocida como poesía comprometida o poesía social.

Entre 1927 y 1935 vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoció a Federico García Lorca, entre otros intelectuales que lo llevaron al mundo de la literatura, decidiendo dedicarse a tiempo completo a la poesía.

Durante la Guerra Civil Española combatió en el bando republicano, siendo detenido y recluido en un campo de concentración en Palencia.

En 1946 fundó en San Sebastián, con su inseparable Amparo Gastón, la colección de poesía Norte, desde entonces abandonó su profesión de ingeniería y su trabajo en la empresa familiar.

En la década de 1950 se integró en la estética del compromiso, muestra de ello son sus libros Lo demás es silencio, de 1952 y Cantos Iberos, de 1955, considerado como la verdadera biblia de la poesía social.

Junto a Eugenio de Nora y Blas de Otero, defendió la idea de una poesía no elitista: «al servicio de las mayorías, para transformar el mundo».

En 1956 obtuvo el Premio de la Crítica por su libro De claro en claro.

Fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas por el Ministerio de Cultura en 1986.

Murió en Madrid, en abril de 1991.

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