Sin certeza alguna, quizá vivamos entre meras posibilidades
Hoy he sentido ese fresquecillo del Norte
el que te deja frío, te despierta, te espabila y te sacude;
al que por momentos le acompañan unos ligeros copos de nieve.
Uno de esos días que no te gustaban, en los que te faltaba ese sol castellano
en el que reflejar en el suelo tu robusta sombra.
He pensado para mis adentros
que breve, que estrecho es el vivir.
Que pronto las respuestas se hacen cada vez más confusas
más difícil escuchar el canto de las aves que cruzan los cielos
Que orfandad sentimos
las tardes huecas de los domingos sin el cantar de las aves.
Doblaste la esquina. Cogiste unas gafas y caminando erguido te dirigiste al sol.
Al fondo los molinos de viento, el adiós de la senda de los césares coronados con laurel.
El gris del pelo, fruto de la larga resistencia te da lustre.
El lustre de los 18 lustros en pie. La Edad de Oro.
César invisible en vuestro torreón de Pedrosillo.
Ni engreído no osado.
Hombre Cabal, sin malicia ni doblez.
¿Acaso descubriste cuando acaba la vida?
Sí es que acaba...
Comentarios
Publicar un comentario