El domingo de las madres
Era marzo de 1924. No era junio, pero si un día que parecía junio. Y debía ser
un poco después de mediodía, Se abrió de golpe una ventana, y él, sin ropa,
cruzó la habitación llena de sol tan despreocupadamente como cualquier animal desnudo.
Era su habitación, ¿ no? Podía hacer en ella lo que le viniera en gana.
Podía hacerlo, estaba claro.
Y ella no había estado nunca allí, y nunca volvería a estar.
Y también estaba desnuda.
un poco después de mediodía, Se abrió de golpe una ventana, y él, sin ropa,
cruzó la habitación llena de sol tan despreocupadamente como cualquier animal desnudo.
Era su habitación, ¿ no? Podía hacer en ella lo que le viniera en gana.
Podía hacerlo, estaba claro.
Y ella no había estado nunca allí, y nunca volvería a estar.
Y también estaba desnuda.
Fragmento de las primeras páginas de el libro "El domingo de las madres"
Graham Swift (Londres, 1949)
Traducción de Jesús Zulaika. Anagrama, 2017
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